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Juguetes de imitación

Los juguetes de imitación del mundo de los adultos son de los preferidos por los más pequeños, sobre todo a edades tempranas. Entre los 18 y los 24 meses y durante la primera infancia, uno de los juegos más típicos de los niños es el de imitar las actividades de los adultos y repetir lo que ven hacer a los mayores que tienen cerca: cocinar, hacer bricolaje, hablar por teléfono, cuidar bebés, conducir, etc. ¿Quién no ha jugado de pequeño a dar de comer a sus muñecas o a conducir un coche?

Este tipo de juego es muy positivo para los más pequeños. Los expertos insisten en la importancia de estimular el uso de los juguetes de imitación, ya que son la base de la creatividad y favorecen muchos aspectos del desarrollo. Por una parte, con el juego de imitación los pequeños aprenden a hacer nuevas actividades y a conocer oficios y tareas que van a tener que llevar a cabo en el futuro en la vida real. Así, comprenden el mundo de los adultos y satisfacen la curiosidad de realizar actividades que, por su edad, no les son accesibles.

Además, comienzan a interpretar diferentes roles, lo cual estimula la empatía y la colaboración más que la competición, ya que con los juguetes de imitación no hay ganadores ni perdedores, sino apoyo de unos a otros, cooperación, tolerancia y diálogo.

También desarrollan su imaginación, su creatividad y el lenguaje, imaginando y dando forma a mundos e historias ajenas a la infancia, para lo que necesitan interactuar con otros niños y con sus juguetes preferidos.

Los juguetes de imitación del mundo de los adultos son las mejores herramientas para que los niños dejen volar su imaginación y creen historias fantásticas con las que desarrollar sus capacidades a la vez que se divierten.

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